miércoles, 20 de junio de 2012

Un Viejo Cofre...


Siempre recordará lo que pudo ser y no fue.

La culpa no fue de los demás, sino de él mismo, pues a fuerza de querer encajar se fue encerrando cada vez más en aquel cofre desconocido para la mayoría y acabó perdiendo la llave que lo abría. Pobre cofre que quedó olvidado, viejo y cubierto de polvo, que llegó a ser un completo desconocido hasta para él mismo. Con el tiempo, el cofre se fue cubriendo de más suciedad, de malas hierbas que lo rodearon y llegaron a cubrirlo casi entero. Ya apenas se veía la pequeña ranura que simbolizaba una pequeña esperanza.En aquel momento, podría haber buscado la llave y haber salvado su cofre, su tesoro. Pero ni se le pasó por la cabeza. Por lo tanto, la hierba también acabó cubriendo la pequeña ranura.

Ya no había marcha atrás.

Con el paso de los años, el pequeño cofre comenzó a volver a su memoria. Se dio cuenta de lo que había hecho e intentó remediarlo. A duras penas consiguió quitar todo lo que había cubierto ese tesoro. Se sorprendió al ver la cantidad de suciedad, hierbas y demás inconvenientes que iba encontrando. ¿Tanto lo había abandonado?

Desgraciadamente, una vez limpio el cofre, se dio cuenta de que no podía abrirlo. Imposible recordar dónde estaba la llave. Intentó forzarlo pero a pesar del paso del tiempo, la madera no cedía ni un ápice.Ya era demasiado tarde.

Por eso ahora recuerda lo que pudo ser y no fue. Y se da cuenta de que la decisión que tomó en un momento y creyó correcta, ha tenido consecuencias que lo han acompañado toda su vida. Consecuencias que, desgraciadamente, no puede cambiar.